sábado, 1 de junio de 2013

EXPERIENCIA PERSONAL

En el viaje que tuve a este maravilloso lugar tengo que decir que es uno de los mas importantes en cuando a la economía mexicana cuando se descubren las minas en lo que ahora se le conoce como real del monte o bien dicho mineral del monte ya que en estas minas se encontraran betas y pasadizos que abasteseran los minerales para ser explotados, entre estos minerales encontraremos ( oro, plata, cobre, nikel, hierro, cobalto, ) que sera lo que ara que la economía de este lugar cresca. aqui unas fotos de la mina de acosta y de algunas instalaciones.






PERSONAJES ILUSTRES

Legado de un Realmontense:Luis R. LaraImprimirE-mail
El doctor Luis R(omán) Lara nació en Real del Monte el 9 de agosto de 1878. Su segundo nombre de pila corresponde al santo de esa fecha. Fue hijo de Joaquín Lara y Juana Ramos de Lara.
Padres
Hizo sus estudios de primaria en la escuela Rafael Cravioto, en la calle de José de la Paz Jiménez, s/n., entre los años 1886 y 1891. Hizo sus estudios de preparatoria en el Instituto Científico y Literario del Estado de Hidalgo, en la 2ª. calle de Abasolo, Pachuca, Hgo., entre 1894 y 1898.
En enero de 1899 comenzó la carrera profesional de medicina en la Escuela Nacional de Medicina de México y sustentó su examen de recepción el 18 de julio de 1905, habiendo obtenido el título reglamentario de Médico cirujano, expedido por la Facultad de Medicina de México y suscrito por el entonces Ministro, Sr. Lic. Don Justo Sierra.
La tesis inaugural que presentó, la denominó “Contribución al estudio de la anquilostomiasis en México”, que tuvo por objeto científico demostrar la existencia de huevecillos y larvas enquistadas del anquilostoma duodenalis en los lodos de los laboríos de las minas de Real del Monte y Pachuca.

Asistió a varios congresos donde presentó muchos trabajos de investigación que desarrollo en el ejercicio de su profesión, como: "Ya no existe la anquilostomiasis entre los mineros del Real del Monte como enfermedad endémica";  "Historia de la epidemia del tifo exantemático en el año 1916"; "En qué lugares de la república deben construirse sanatorios para tuberculosos"; "¿Es tuberculosis pulmonar la enfermedad actual que diezma a los mineros de Real del Monte?”; "Bases anatomo-patológicas para determinar la responsabilidad industrial de la silicosis pulmonar de los mineros"; "Imperforación del himen, que hace presumir el embarazo"; "La resistencia orgánica en razón inversa de la cultura. Síntomas y signos de la silicosis pulmonar de los mineros"; "Historia clínica de la silico-tuberculosis pulmonar de los mineros"; "Tratamiento preliminar de las heridas punzo-cortantes, penetrantes de vientre con hernia de epiplón en medios no quirúrgicos"; entre otros.
Fue médico legista adscrito al Servicio Médico de Mineral del Monte desde el año de 1913 hasta su muerte; miembro del Sindicato Médico Hidalguense, en el cual desempeño el cargo de Secretario general; miembro de la Asamblea Nacional de Cirujanos; miembro del Ateneo de Ciencias y Letras Hidalguenses.
Formo parte de la redacción del periódico “Cultura” editado por el Sindicato Médico Hidalguense, habiendo escrito varios artículos de divulgación científica sobre la silico-tuberculosis pulmonar.
Presidio la Asamblea Municipal del Mineral del Monte en dos ocasiones y aprovechado su estancia en ella para elaborar y poner en práctica varias medidas de orden sanitario, tales como la reglamentación de la prostitución, que se hizo por primera vez en la población; Reglamento del Rastro Municipal y diversas disposiciones sobre expendios y venta de leche y nixtamal.
Trabajo en otros proyectos: “La silicosis pulmonar en México”, la película cinematográfica “Vidas divergentes”, que trata de la divulgación científica de lo que es la silicosis pulmonar, sus consecuencias sociales, entre otras; y el libro “Real del Monte histórico, legendario y anecdótico”.
Como médico de su pueblo, atendía partos, heridas en los constantes zafarranchos que se producían principalmente los sábados en la noche, y todas las enfermedades de su clientela, a la que recibía en su consultorio de Abasolo 1, o viajaba, generalmente a caballo y portando su mesa de operaciones portátil, a poblaciones tan lejanas como Atotonilco el Grande. Junto al consultorio tenía su botica “Sagrado Corazón de Jesús”, por muchos años atendida por su hijo Vicente Lara Mendoza. Ésta tenía un papel central en la curación de las enfermedades de la población de Real del Monte, pues no había todavía la multitud de medicinas como hoy se encuentran en el mercado, además de que trataba de que los costos de las medicinas fueran muy bajos para sus pacientes, por lo que prefería prepararlas él mismo.
Comprometido con su carrera y al cuidado de la salud de los mineros, tuvo participación política en muchos acontecimientos sindicales, huelgas, represión gubernamental que se dieron en Real del Monte, siempre al lado de los mineros.
Interesado por dar a conocer la historia del pueblo y cultivarlo, escribió muchos artículos, que tenía proyectado publicar en un libro titulado “Real del Monte histórico, legendario y anecdótico”, que ya no pudo completar. Varios de esos artículos se publicaron en la revista semanal Anuncios.
Durante la Revolución, desde que presenció la entrada de Francisco I. Madero a la ciudad de México, en donde era médico residente del Hospital General, al final de sus estudios, convencido de la justicia que perseguía el movimiento antirreeleccionista, volvió a Real del Monte, en donde fue por algunos meses jefe político. Tras la muerte de Madero, no se ligó a ningún bando revolucionario, a pesar de ser amigo del Gral. Felipe Ángeles, sino que se dedicó a organizar los servicios médicos del Estado. Varias veces corrió el peligro de que lo fusilaran, ya fuera por confusión o por las amenazas de algún jefe revolucionario, que pretendía alguna curación milagrosa. Él mismo relataba su respuesta en uno de esos casos: “General, máteme si quiere, pues yo no soy Dios, sólo soy médico”. Se cuenta –pero no se puede verificar- que hubo orden de matarlo durante el gobierno del presidente Miguel Alemán porque defendió los argumentos de los mineros en algún conflicto.
En 1955 festejó en Real del Monte su quincuagésimo aniversario como médico y en 1962 recibió del presidente Adolfo López Mateos un reconocimiento a su dedicación a la medicina.
El Dr. Lara caso en dos ocasiones la primera con Doña María Mendoza, también realmontense, con quien procreo a Luis, Vicente, Josefina, Aurelia, Ricardo y José Luis. Años después de enviudar, se casó con Doña Fernanda Ramos Arce, de la Ciudad de México, con quien procreó a Luis Fernando y María Guadalupe.
Después de una rápida enfermedad, murió en la Ciudad de México el  5 de septiembre de 1964, a los 86 años.

LUGARES DE INTERÉS E HISTORICOS

A: Jardín Principal
B: Iglesia del Rosario
C: Santuario Señor de Zenontla
D: Plaza Hidalgo
E: Monumento al Minero
F: Plaza Juárez
G: Parque Romero de Terreros
H: Monumento a la Madre
I: Palacio Municipal
J: Mirador
                       Museo de Medicina Laboral :K
Panteón de los Ingleses :L
Mina de Dolores :M
El Hiloche :N
Mina la Rica :O
Mina Dificultad :P
Mina de la Purísima :Q
Mina de Acosta :R
Casas Quemadas :S

HISTORIA...

La legislación de Indias dio el nombre de "Reales" a todos los sitios donde se hubiesen descubierto minas de cualquier metal, al considerarlos bajo la directa jurisdicción de la Real Corona, en razón de la importancia económica que representaban para el gobierno español. Lo anterior queda manifiesto en las disposiciones sobre minería, expedidas el 10 de enero de 1559, en Valladolid, por la Princesa doña Juana, en ausencia de su hermano Felipe II, en las que se establecía:
"Primeramente reducimos, resumimos e incorporamos en nos y en nuestra corona y patrimonio todas las minas de oro, plata y azogue destos nuestros Reynos en cualesquier partes y lugares que sean y se hallen, Realengos o de Señorío o Abadengo, agora sean en lo público, concejil y baldío o en heredamientos y partes y suelos de particulares, no embargante las mercedes que por nos o por los Reyes nuestros antecesores se hayan en hecho a cualquier persona de cualquier estado, preeminencia e dignidad que sean..."
En este contexto, la corona hispana adoptó el sistema de concesión para permitir bajo ciertas condiciones, que las minas de estos sitios pudieran ser trabajadas por particulares, estableciendo en cada Real una Caja para recolectar los ingresos e impuestos derivados de la explotación de los minerales.
En el caso particular de esta comarca, de acuerdo con las descripciones del siglo XVI, las minas de Pachuca estaban integradas por cuatro diferentes Reales: el "Tlahuelipan", ubicado en el asiento llano inmediato al pueblo de indios de Pachuca, del que tomaban el nombre; el de "Arriba", ubicado en el actual pueblo de "Cerezo"; el de "Atotonilco el Chico", hoy sólo conocido como "El Chico", y el "Del Monte".
Sobre este último, diversos autores aseguran que algunos de sus yacimientos fueron explotados por los mexicas desde el siglo XV, apoyando su afirmación en hallazgos arqueológicos que muestran trabajos a tajo abierto y señales de utensilios rudimentarios empleados para atacar las rocas; algunos más basan sus hipótesis en documentos del archivo Franciscano de Pachuca, saqueado e incendiado durante la exclaustración de sus moradores en 1861...

Por lo que se refiere al origen de su poblamiento, tampoco existen datos fehacientes, aunque se sabe que el lugar fue conocido en el México Prehispánico con el nombre de "Maghotsi", del otomí "MA" que significa altura y "GHOTSI" traducido como paso o portezuelo, ello en virtud de ser la porción más alta del camino que se recorría del altiplano al señorío de Metztitlán o a la Huasteca. El cronista realmontense Luis Jimenez Osorio afirma que la palabra degeneró primero en "Ghotsi" y luego los españoles la corrompieron en "Hiloche", nombre que actualmente se da al hermoso bosque de encinas gigantes que se ubica al poniente de la población.

De lo anterior se deduce que los primeros pobladores del lugar fueron otomíes, que aprovechando la humedad y disponibilidad forestal de la región sustentaron su economía en la agricultura y la venta de madera a las estancia vecinas, prolongando estas actividades durante los primeros años del virreinato hasta antes del descubrimiento de las primeras minas, periodo en el que el lugar fue conocido con el nombre de "San Phelipe".

En relación con el descubrimiento de las primeras minas, la escasez de fuentes fidedignas ha propiciado la existencia de diversas versiones, la matoría teñida con visos de leyenda. Una particularmente repetida en la comarca, señala al conquistador y primer encomendero de Itzmiquilpan, Alonso Rodríguez de Escobar, como descubridor de las minas de Real del Monte, atribuyendo a la mera casualidad el hecho, pues se dice que "precisamente en el sitio que actualmente ocupa la mina de Dolores, una fría noche, al disponerse a acampar en unión de sus acompañantes, decidieron prender un fogata para calentarse, notando minutos después que de las rocas donde se encontraba el centro de fuego chorreaban hilos de plata", inclusive se dice que en honor del descubridor le fue puesto su segundo apellido, Escobar, a uno de los populosos barrios que aún existe en este viejp Real.

La noticia más apegada a la realidad señala que tal descubrimiento se realizó a finales de 1552, por Alonso Pérez de Zamora, quien de inmediato registró su hallazgo ante el Justicia de Pachuca, donde apenas unos meses antes, en abril de ese mismo año, se habían descubierto los primeros yacimientos mineros. Alonso Pérez de Zamora, según el Diccionario Autobiográfico de Conquistadores y Pobladores de la Nueva España, de don Francisco de A. Icaza, llegó a la Ciudad de México al tiempo de su conquista; años después, le fue concedida la mitad de la encomienda del pueblo de Tolcayuca, cercano a Pachuca, la que entregó a un hijo suyo del mismo nombre, mientras él se dedicó por entero a la explotación de las minas del Real del Monte.

El descubrimiento de las minas cambió la vocación económica del viejo San Phelipe, que a partir de entonces se integró a los otros tres Reales que conformaban las llamadas minas de Pachuca.